Se cierra la niebla. Agudizados oídos sangran cantos de sirena.

martes, 25 de junio de 2013

Madre desvelada.

Desfallecen los pensamientos
a la orilla del beso,
testigo último 
de recuerdos pasados.

Ahora se recogen
las trémulas 
vacilaciones
en abrazo huérfano.

Con nostalgia
del niño viejo
se deshacen
en la bruma.

Todos juntos 
de la mano
llegan
a la luna.



lunes, 24 de junio de 2013

UNO. Capítulo 3. La Botella de Zafiro

Zozobra la luna en los ojos del misterio
aquel que ronronea entre cabriolas,
a la par, cuchillos caen, entre dedos y garras.

    La anterior estrofa fue recitada por Xan, el colonial al mando del consejo mientras el incursor mantenía atenazado a su compañero. El intruso pardo preguntó con una mala sensación:
- ¿A qué viene esa charada?- De repente algo no funcionaba, la cabeza empezó a darle vueltas y relajó su presa cayendo en un abotargamiento que derivó en inconsciencia.

    El intruso despierta en una mazmorra desarmado y esposado maldiciendo su suerte, nunca se había enfrentado a alguien con ese poder, a saber que truco empleo con él. Un chirrido ensordecedor le hace cabrearse aún más. Acto seguido la voz del condenado Xan le conmina a relajarse y escuchar con suma atención. Han instalado una bomba en su mano bónica. Le ordena conseguir un objeto llamado la Botella de Zafiro en el planeta Zual´Khalel, del sistema Rearkhal advirtiendo que si fracasa o intenta manipular la bomba, le matará. El colonial le informa que tiene todos los datos necesarios grabados en el ordenador de su moto, incluida la estrofa que activa la localización de la Botella de Zafiro. En cuanto a sus armas, tendrá que buscarse otras lejos del planeta Colonial.

    Ya en su moto y después de maldecir por enésima vez su suerte aprieta los dientes y sale en busca de una nave rumbo a Zual´Khalel. Un desconocido le sigue.





domingo, 23 de junio de 2013

Melodías

Cada vez sientes más cerca
el amanecer su mirada
con la caricia del sueño.

Aflora su brillo
iluminando
la estancia.

Y los sentimientos
escuchan despertar
un nuevo abrazo.



martes, 18 de junio de 2013

UNO. Capítulo 2.

  Ruge mi moto ahogando el torbellino de pensamientos que me asaltan por el bulevar sin luces. Las sombras se suceden entre jirones de niebla. Mi percepción falla por un instante, algo ha cambiado en la atmósfera. El consejo colonial esta en un edificio del centro custodiado por guardias y sistemas de seguridad. Esos ancianos me querían, voy a complacerles aunque no creo que como esperaban.

  La vigilancia es ineficiente, puntos ciegos en las cámaras, los guardias no llegan a cubrir sus distancias. Después de la guerra no han quedado más que críos y carcamales. Tomo precauciones para la salida desde el conducto de ventilación de la antecámara hasta el consejo, suele pasar factura no hacerlo. Mi mano derecha es buena prueba de ello, aún saltan algunos detectores de metal a pesar de su recubrimiento plástico. Oigo pasos en la galería. Sigo hasta el siguiente conducto hasta la cámara del consejo.

  Una voz gutural marca el ritmo de la conversación, otra aguda da color de nerviosismo y una grave y pausada da paso a un cambio de tema. Pasan a la cámara con el resto de colonial, dos más manejando planos. Repaso mentalmente la colocación de los explosivos y bombas de humo que he colocado a mi paso hasta esta cámara, incluyendo las digitales para mantener ocupados a los guardias. Una vez dentro todos acciono mi contra sistema y los dejo encerrados sin que lo sepan dentro ni fuera. Gracias Cyrus por ser tan cabrón con estos cacharros estés donde estés.

 - El asesino falló, Xan. Debimos ser diplomáticos.- Voz aguda a gutural
 - Cierto, hubiera sido más prudente Sorah, pero... ¿Nos hubiera tomado en serio mostrando nuestra flaqueza?- Respondió el interpelado de voz gutural con un atisbo de ira al de voz grave.

  Un humo verdoso sale de los respiraderos al tiempo que una figura parda irrumpe desde el techo. Todo es confusión y revuelo de maldiciones en sauber, la antigua lengua de los colonial. Gunstig es apresado, su voz aguda alerta al resto de la situación del peligro. El filo de la navaja acaricia el pescuezo del anciano amilanando sus chillidos al tiempo que aparecen todos sus compañeros rodeados por varios tipos del mismo corte que el primer incursor caído del techo como un rayo.
 - Buenas noches carrozas, ahora tenéis toda la atención de uno, ¿verdad que sí, "grititos"?- El incursor señalaba con su mirada a Xan.



Leer en el metro

Buenos días:

  Cada día cojo el metro para ir al trabajo. Me acompaña la lectura de párpados caídos. La mirada indiferente de una espalda afligida por las prisas. El parloteo de dos mujeres y aquel anuncio descolorido con una playa paradisíaca.
 Suena el traqueteo a la par que mi respiración interior al recordar la marca roja en el calendario, día de cobro, día de pago: números rojos. Es cuando aquel niño me da con un globo enorme con forma de caballito, siento rabia, no por el crío. Mi instinto falla al imaginar un pillo irrespetuoso recogiendo la pelota. En vez de eso veo en sus ojos miedo. Temor a haber molestado sin querer a alguien que alberga la intriga de un gato a medianoche. Sonrío, tiene ese tipo de gafas... A veces olvido que fui niño y le devuelvo el caballito con esta lectura: no hay mejor libro que vivir el presente reencontrandose con uno mismo y los demás.

lunes, 17 de junio de 2013

UNO. Capítulo primero.

Toco las notas en el piano de la noche y las volutas de humo aparecen en el foco proyectado a mi espalda, en el escenario arruinado de un teatro olvidado. Siento el cañón en la nuca y río. Siento como atraviesa el plomo a través de mi imagen holográfica y disparo al incauto sicario un dardo con brucina.

 Estos colonial son unos cachondos, se creen que pueden liquidarme con un paquete de Zalduar. Recojo el holocubo y monto en mi moto, quiero regalarles mi aliento a unos viejales que me quieren bien muerto.